jueves, 23 de agosto de 2007

Crueles realidades políticas

Uno de los principales desafios del gobierno será, no solo recomponer la economia del país, sino el desprestigio que adquirio la clase dirigente durante las últimas dos décadas del siglo pasado. Este desprestigio se ha ido gestando a lo largo de la historia con la sucesión de los diferentes modelos políticos e infinidad de gobernantes. larga es la lista de ellos, pero resaltaremos solo a los más contemporaneos. Como Raúl Alfonsín, que solo en un par de años, desperdicio una oportunidad histórica, desde Caseros, de refundar la nación, y en forma desesperada, debió abandonar la presidencia.
Así, dejó el poder en manos de Carlos S. Menem, que debió enfrentarse a un país donde la inflación registraba un 1.472%, y los hogares por debajo de la línea de pobresa un 38,3%.
Su mandato electoral no fué muy próspero, y acrecento, aún más, el desprestigio de la clase dirigente. El desempleo, la deuda externa, y el PBI ascendieron en gran medida, sin olvidar los escandalos de corrupción producidos en este gobierno.
Menem queria el poder y sabía donde estaba en ese momento; así con claridad, definió su programa, a la inseguridad, fuerzas armadas a la calle; a la economía, privatización y dolarización; a las relaciones internacionales, a la cama con EEUU; al comercio exterior, el ALCA.
Menem no solo se propuso consolidar la estabilidad, a partir del plan de convertivilidad, lanzado por su cuarto ministro de economía Domingo Cavallo, sino también aventar las sospechas de que dicho modelo económico margina a grandes capas de la población y privilegia a otras más reducidas.
Otro hecho que exterioriza el desprestigio de la clase dirigente, es la firma del Pacto de Olivos, entre Menem y la oposición representada por el ex presidente Raúl Alfonsín. Firmaron el histórico acuerdo que accedía a convocar a Asamblea Constituyente con el fin de reformar la Constitución Nacional, y así, permitir la reelección de Menem.
Sobre el final de su mandato, Menem redujo su gestión a cuestiones mínimas, a atender las derivaciones de la crisis financiera internacional que impactó en la actividad económica y al anuncio de la búsqueda de su segunda reelección, contemplada en la Constitución, confeccionada a su medida en los días de la reforma.
Para este periodo era incapáz de dar respuestas a la agenda popular; sus recursos parecieron agotados con la etapa inicial de la transformación económica y no habría quedado resto para atender las consecuencias que causo el plan económico.
Por tal motivo, tras dicensos ciudadanos, debío avandonar la idea de reelección, no se trató de un renunciamiento, fue un Fracaso Político; se ajustó a la constitución, después de comprobar que sin concenso en la sociedad, no lograría la re-reelección.

Indudablemente habian síntomas de que un ciclo político estaría dando paso a otro en la Argentina.

Según Toni Blair, "La gente quiere más responsabilidad de las instituciones políticas, más capacidad de respuesta y honestidad por parte de los políticos".
Esta deuda del sector político con la sociedad, es el legado que Menem deja al nuevo ocupante del sillon de Rivadavia, Fernando de la Rua, quien llego a la rosada, no presisamente con el pié derecho, y se retiró de ella aún peor, escapándose en un helicoptero y con una implementación de estado de sitio por 30 días en todo el país.
A raíz de este abandono que hizo De la Rua del poder, empezaron a desfilar por el gobierno una serie de personajes, Puerta, Rodriguez Saa, Dualde, entre otros, hicieron de la casa de gobierno un reality show, y los ciudadanos eramos apenas, meros televidentes.
Una vez más el gobierno estaba sin bases sólidas, y los sueños, anhelos y confianza de los ciudadanos puestos en ellos, por el pueblo; bajo un régimen político democrático, bajo un modelo de estado donde las nececidades del pueblo se valoran, escuchan y evalúan, y sobre todo se les busca dar respuestas, eran utopias.
La historia no es ciclica, no se repite, continúa, esto lleva a que se evaluen y puedan modificarse las deficiencias pasadas, las bases son las mismas, las que se plantearon en 1810, buscando la liberación del pueblo, y consolidándose cuando nos supimos y clamamos independientes. Solo unos cuantos ajustes y retoques son necesarios para una Nasión deseada, con un poco de conciencia, menos conformismo y más reclamo de los derechos políticos, civiles y sociales, establecidos en nuestra Ley Suprema -tan deceada y tan violada-, quizás podremos encontrarle la vuelta al País que nos convoca a ponernos en marcha. Y hacer oído a lo que dice Tejada
"Límpiate de pequeños rencores familiares (País)"
"Une a tus hijos. Ciñelos con el mapa"
"Atales esta arteria vital a la cintura"
"para que nunca olviden como late tu entraña."

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